Me llamo Argel y tengo Leishmania.
Hace casi un año un compañero rescató un
galguito dejándose morir, su cuerpo estaba envuelto por una costra
negra y su estado era muy deplorable. Poco a poco se fué recuperando y sus
ganas de vivir empezaron a reflotar. Pasaron los días y
cada dia se mostraba más vivo. Aún así sus analíticas nos confirmaron lo que
tanto sospechábamos, Leishmania. Nos pusimos en marcha y empezamos su
tratamiento. Desde el principio se mostró receptivo a lo largo del tratamiento
y después de algún que otro contratiempo, la Leishmania está estable
y controlada.
El galguito que fue rescatado sin ganas
de vivir es a día de hoy un galgo de lo más feliz, simpático y con unas ganas
tremendas de vivir. Su vida dio un giro radical y cada día demuestra y te
enseña lo maravillosa que es la vida con su energía y vitalidad. Es conformista
y muy adaptable, en casa le encanta tumbarse al sol y disfrutar de los pequeños
placeres de un galgo de casa. No le importa vivir solo o acompañado, tan solo
busca con quien compartir el resto de su vida.Se llama Argel y sí, tiene
Leishmania y es un galgo luchador y feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario